Julián De Muria - Mayo de 2021 -
Perspectivas en el
grooming:
quién, qué y cómo
Resumen
La cuarentena ha aumentado sistemáticamente el uso de las redes sociales, y
con ello, una serie de peligros para los adolescentes que pretenden transitar la forja
de una identidad sólida en la modernidad actual. Entre los distintos obstáculos que
se presentan como riesgo de información íntima de cada ser humano, se encuentra
el fenómeno del grooming. El mismo se encuentra ligado, aunque no íntimamente, al
uso de las redes sociales.
El presente trabajo propone llevar a cabo una revisión acerca de la
producción científica disponible sobre las perspectivas individuales de las distintas
partes implicadas en el fenómeno del grooming. Se comenzará con la perspectiva
del abusador, continuando con la de la víctima, luego la perspectiva de la pareja
parental.
Las consecuencias de este fenómeno, si bien su proceso acontece en un
plano virtual, se plasman en la realidad. Padecer síntomas psicopatológicos,
aislamiento, falta de confianza, son algunos de ellos. Hoy no se puede actuar de
forma reactiva frente a estas situaciones, sino desde un enfoque preventivo. Un
material que hoy en día está en mi poder, con la diferencia de un solo click, puede
estar en cualquier parte del mundo.
Palabras clave: grooming; red social; diálogo; prevención;
Introducción
El avance de la era digital, ha creado riesgos que afectan al ser humano,
concibiéndolo como un ente bio-psico-social (Engel, 1980). En el presente trabajo,
se hará hincapié en la forma en la que esta nueva realidad afecta a los menores de
edad. Se introduce como problemática eje al grooming, interponiéndose ante la
calma y cotidianidad de aquel que pretenda crecer en este mundo.
Los adolescentes construyen sus contextos conectando sus vidas tanto de
forma virtual como presencial. Dada la presencia actual de limitaciones en la
interacción presencial, la suspensión de múltiples actividades tanto en espacios
cerrados como abiertos, se da un papel principal a lo virtual. Dans (2015) en sus
desarrollos, confirma que en los últimos años se ha llevado adelante un proceso de
socialización haciendo un entrelazamiento entre eso que se vive en las redes
sociales, y aquello que se vive en la cotidianidad presencial. Teniendo en cuenta la
importancia que tienen a la hora de socializar y de aprender, se puede alegar que
puede ser incluso más grave el hecho de dejar a un adolescente sin redes sociales,
que dándole el permiso de que se meta en ellas y explore. No se trata entonces de
una cuestión de si o no, sino más bien del cómo hacer uso de.
El incrementado uso de internet, preocupa ciertos tipos de interacción de
índole depredador. Menores de edad están expuestos constantemente a contenido
sexual explícito, así como también conductas. Los mismos, pueden incluir la
solicitación sexual a la cual se hace referencia, e incluso al encuentro para concretar
un posible abuso físico (CEOPC, 2013). Se hará mención de la contradicción vigente
a través de la concepción de lo virtual como algo que sólo existe de forma aparente y
no es real (RAE, 2020), cuando las consecuencias de estos abusos tanto físicos
como virtuales son palpables. Las mismas, serán introducidas a partir de los aportes
de Gandolfi (2020). También se trabajará desde Greene y Colozzi la percepción que
se tiene desde ciertos adolescentes sobre el contacto con un abusador, al
entenderse como únicos ya que los han elegido por su madurez y su personalidad.
Se trata de una problemática que atraviesa a toda la sociedad. El grooming no
se trata de un delito de clase alta por el simple hecho de relacionarse con tecnología.
Es de público conocimiento que un porcentaje significativo de la población tiene un
dispositivo móvil a disposición, así como también es sabido que las redes sociales
pueden ser alcanzadas desde cualquiera de estos dispositivos. De esta forma, el
simple hecho de poseer un celular, alcanza ya para ser víctima de grooming.
Marco teórico
Según Craven (2006) Se ha coincidido en que el grooming se trata de un
conjunto de conductas y acciones emprendidas de forma deliberada por un adulto
con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad, creando una conexión
emocional con el fin de poder abusar sexualmente de él. No necesariamente se
trataría de un fenómeno virtual (Wolak et al, 2004), sino que puede darse de forma
presencial también sin necesidad de contacto previo.
En el grooming, el sujeto abusador -considerado groomer- accede a la
inocencia e ingenuidad de personas menores de edad -víctimas- para acercarse a
ellas y ganarse su confianza usando las redes sociales. A veces con perfiles falsos
en donde pretenden tener la misma edad que tiene la víctima, pero muchas otras
veces sin disimular ni su edad ni sus intereses, con el único objeto de que, una vez
que se hayan ganado la confianza, obligar a sus víctimas a realizar acciones que se
pueden encuadrar dentro de la figura del abuso sexual. La fragilidad del adolescente
en cuanto a la construcción de una identidad propia, sería uno de los factores que
quedan implicados en la toma de decisiones del abusador para optar por una u otra
víctima. En cuanto a la franja etaria en la que se suelen denunciar este tipo de
crímenes, va desde los 11 hasta los 17 años de edad, haciendo alusión a dicha
identidad. Para Dans (2015), la identidad se trata de aquello que uno es, así como
también de lo que uno aspira a ser. Se trataría de la concepción del adolescente
como un ser en construcción. Con la constante interacción virtual mediante redes
sociales, esta autora contempla que la novedad de contar siempre algo sobre uno
mismo, manifiesta un constante deseo de darse a conocer y conocerse uno mismo,
a través de una relación con el otro. Se puede comprender, entonces, el porqué de
la franja etaria por la que el groomer opta. Más allá de eso, se puede observar
estadísticamente (Wolak, 2013) que la gran mayoría de víctimas son mujeres.
No se trata de un acoso siempre virtual, pero sí es importante remarcar lo
acelerado que se ve el proceso en plataformas online (Winters, 2017). El grooming
no es un fenómeno de la sociedad contemporánea, sino que cuando todavía no se
sabía de la existencia de las redes sociales, ya se podía percibir en distintos ámbitos
tales como plazas, salidas de escuelas, entre otros. A través de estudios de las
conversaciones de los groomers, se logró identificar la diferencia en el compromiso
que hay entre el acosador y el acosado de forma tanto offline como online, notando
una rapidez mucho mayor en la última.
Es también interesante revisar el perfil de un groomer en una plataforma tal como puede ser Facebook, donde se puede ver al abusador agregando compulsivamente “amigos” de las edades deseadas para poder hablarle a cada uno de ellos, iniciando su plan de acción que ser desarrollado luego.
En las redes sociales virtuales, en media hora ya puede haber un inicio deuna charla sexual entre un groomer y su víctima. En este punto, se puede discutir
sobre lo que es el efecto de la desinhibición en línea. Suler (2004) concibe un efecto
que recae sobre la conducta, donde el ser humano lleva adelante acciones que, en
una interacción presencial, no las haría. Las inhibiciones se anulan, dando lugar a
una apertura hacia el otro mucho mayor. Es escenario perfecto para el groomer: un
lugar donde puede falsear su identidad, donde su víctima tendrá una predisposición
más abierta hacia el diálogo y hacia el accionar inusual en la cotidianidad. A
propósito de este mismo tema, Quayle y Taylor (2001), argumenta que la naturaleza
de lo anónimo que provee el mundo mediado por internet, tiene un potente efecto de
desinhibición en el comportamiento humano, así como también provee la habilidad
de expresarse uno mismo en términos de intereses sexuales y fantasías.
También se comprende desde este trabajo la relación dada en el plano del
anonimato como altamente significativa e influyente en la cotidianeidad afectiva de
los actores involucrados (Queau, 1995). Uno de los problemas esenciales que
ocurren en la naturaleza real de las personas electrónicas, es la sensación de
extrañeza, desconfianza y violación de la privacidad al descubrir el engaño. No
solamente son estas las consecuencias, sino que Gandolfi (2020), agrega otras
perceptibles en víctimas, tales como lo son conductas depresivas, baja autoestima,
cambios de humor repentinos y bruscos, bajo rendimiento académico, aislamiento,
alteraciones en el sueño y la alimentación, y hasta el intento de suicidio.
Estado del arte
El grooming es una práctica que ha aumentado significativamente a lo largo
de los últimos 10 años, dado el incremento en el uso de las redes sociales.
En el artículo propuesto por Villacampa y Gómez (2017), se lleva adelante un
estudio con un total de 489 adolescentes de entre 14 y 18 años. El estudio se dividió
en dos partes, explorando acerca de las características del abusador y el desenlace
de la situación, es decir, cómo concluye el abuso. 51 adolescentes (10.4% de la
población fueron alcanzados por adultos. En el 58%, el groomer demandó contenido
audiovisual relacionado al ámbito de lo íntimo y lo sexual. Asimismo, el 82% le solicitaban a la víctima que practique acciones en contra de su voluntad. También se halló, teniendo en cuenta el desenlace de la situación, que el 77% que denunciaba o
13% lo hacía con padres. Ahora bien, no se trata de un 100% de las victimas
quienes lo reportaban, sino tan solo un 44% de los casos. Este porcentaje, tiene
como fundamento que no se percibía la necesidad de compartirlo con nadie. Otros,
lo relacionaban con que la denuncia no iba a tener ningún efecto, así como también
había víctimas que lo ocultaban por temor, vergüenza o culpa.
Kloess (2017) presenta un artículo donde se tratan 29 casos de abuso virtual,
abordando todas las conversaciones transcriptas que fueron aportadas por casos de
investigación de la policía del Reino Unido. Su objetivo era estudiar la interacción
virtual entre abusador y víctima, haciendo hincapié en el motivo de la víctima para
implicarse en la relación. Los hallazgos recaen en que mientras que la mayoría de
los menores conectaba con el abusador por una curiosidad sexual, otros casos lo
hacían dentro del marco de un abuso sexual. Aquellos implicados en este último
grupo, mantenían relación con factores de vulnerabilidad como personalidad frágil o
antecedentes de abuso sexual. Lo mismo aparece en la investigación llevada
adelante por Wolak en 2013, probando consistencia de los datos.
Greene y Colozzi (2020) proponen una investigación que tiene como finalidad
analizar y comprender las percepciones y experiencias que se dan a lugar en el
grooming. El estudio contuvo 1193 respuestas de estudiantes menores de 18 años.
En el mismo, se percibe que el 82% de los participantes comparten información
sensible en sus perfiles de redes sociales. Asimismo, un 62% alega haber hablado
con pares de su edad o mayores a lo largo de su participación en redes sociales.
También, 29% personas alegaron haber hablado con extraños, estando entre las
edades de 11 y 17 años. De esa población, 383 personas que habían hablado con
extraños, un 44% reportaron haber sufrido un solicitación de contenido sexual por al
menos entre 2 y 5 desconocidos. Adicionalmente, 23% de esta población, alegó
haber enviado contenido audiovisual íntimo a su abusador.
Como se concluye en este estudio, “futuras investigaciones deberían
perseguir el propósito de identificar riesgos y factores de protección relacionados al
riesgo de la conversación online con adultos extraños” (Greene y Colozzi, 2020
p.18). También refieren que este tipo de trabajos deberían proponer una intervención
orientada a la educación con los padres para poder prevenir abusos.
Objetivos
El objetivo de este trabajo es enfatizar la educación a la población acerca de
un fenómeno vigente, realizando revisión literaria acerca de las perspectivas de los
distintos actores en el grooming (abusador, víctima; pareja parental), abarcando
formas de prevenirlo. Se procederá específicamente a:
- Investigar y desarrollar el plan de acción del groomer. Establecer cuáles son
los motivos por los cuales un adulto mayor llevaría adelante una acción de este tipo.
- Trabajar en la concientización de riesgos implicados para los adolescentes.
Exponer consecuencias a las cuales se puede llegar en caso de no prevenir contra
este fenómeno. Proponer recomendaciones y cuidados para los mismos.
- Abordar el por qué la prevención es lo adecuada. Exponer creencias que
promueven borramiento parental en lugar de control, educación y diálogo familiar.
Desarrollo
La perspectiva del groomer
Su Metodología
Se habló del paralelismo con el cuento de caperucita roja, donde el lobo
selecciona su target, se disfraza para engañarlo y cumple su objetivo. Otro ejemplo,
es el de Julie (Quéau, 1995), el avatar creado por un psiquiatra que se identificaba
en un plano virtual como mujer y ayudaba a resolver sus problemáticas a lo largo de
un mundo ficticio. Si bien los fines eran positivos y las devoluciones eran excelentes,
uno de los alegatos de previas amigas de “Julie”, confirma sentirse violada, lo cual
consta de una relación que, más allá de que haya sido producida dentro de ese
mundo virtual, fue percibida realmente, dejando secuelas en esta mujer. Quéau
(1995), categoriza esta sensación como uno de los problemas esenciales que
ocurren en la naturaleza real de las personas electrónicas.
Algo similar ocurre con el groomer. Wolak (2013) se dedicó a estudiar el perfil
del abusador y encontró datos consistentes, como fue la edad de sus víctimas, con
miles de adolescentes de entre 11 y 17 años agregados. También, era casi requisito
que haya una identidad sexual no definida o frágil. Esta información es concordante
dado el proceso de conformación de la identidad del adolescente en este rango
etario. Dice Dans (2015) que la identidad habla de aquello que uno es y de lo que
uno aspira a ser. Y es justamente lo que se va a buscar definir en este período,
concibiendo al adolescente como un ser en construcción.
Se sabe que una de las tantas formas de construcción de esta identidad, es ni más ni menos que en la interacción con los pares.
Ahora bien, en este mundo de las redes virtuales, Dans (2015) cuenta que la novedad de contar siempre algo en la red sobre uno mismo,
manifiesta un deseo constante de darse a conocer y conocerse, en una relación conel otro. Es por esto, que el exhibicionismo puede percibirse como un desbordamiento
de ese plano de la intimidad, y que presenta un problema realmente grave con la
difusión de imágenes. Hoy más que nunca, la forja de la personalidad de un
adolescente, se juega a través de un teclado y una pantalla, cuna del
desconocimiento real del otro. En concordancia con este punto, está el efecto de la
desinhibición en línea. Para desarrollar esta perspectiva, se toma como referencia a
O’Conell (2003), quien tiene como producción las 5 etapas distintas del plan de
acción de un groomer
1. Selección de la víctima: Para O´Conell (2003), el groomer inicia con su
proceso de selección, tal como si fuese una entrevista laboral. Realiza un proceso de
búsqueda muy minucioso, enviándole mensajes a los miles de adolescentes
agregados. De esta forma, tiene más chances de conseguir a ese target óptimo.
Ahora bien, ¿qué tiene que tener un target óptimo? Los cuatro requisitos más
comunes que busca el groomer, son: como mencionado previamente, una identidad
sexual no definida o frágil; otro requisito es que haya sufrido un abuso sexual o físico
previamente; que pase por un estado depresivo; o bien, que necesite afecto y
atención. De esta forma, el abusador se colma de herramientas para su trabajo.
2. Desarrollo de la confianza: Es en este punto donde al abusador le
conviene hacerse pasar por otro joven para ganarse su confianza. Cuanto mayor
confianza, mayor reclutamiento de datos personales. Se forma entonces un lazo
amistoso donde, a través de la recolección de datos, el groomer evalúa riesgos para
con ese niño. Hay pocas cosas que son peores que ser un abusador de menores,
por lo que quiere evitar la mayor cantidad de daños colaterales posibles. Se trata de
una relación diádica donde ambos son parte del mismo circuito.
3. Comienzo del engaño: Se comienza a llevar adelante un proceso de
desensibilización hacia la víctima. Se pretende un enamoramiento, comenzando a
inducir lentamente la temática deseada: desnudos, actos sexuales, fotos, videos. Ya
se desprende de esa relación de dos partes, y se transforma en una relación de
exclusión. Es un punto de real importancia, ya que, como dice Dans (2015), el
adolescente quiere saberse único y protagonista de una historia que comparte en
relaciones de intimidad. Y es aquí donde se siente de esa forma. Es aquí donde la
víctima se siente comprometida con la causa y cae a las garras del lobo.
4. Contenido sexual: Ya en este punto se pasa a la solicitud de ese
contenido sexual explícitamente. Luego de un arduo trabajo de manipulación, logra
obtener lo que quiere de su víctima y comienza la parte que más secuelas deja: el
chantaje. En una situación de suma exposición, se pierde el concepto de intimidad
que se tenía. Aquello que se buscaba conocer, ahora ni siquiera es propio. La
amenaza de publicar ese material entra en juego, y pone en jaque a la víctima.
5. Etapa final: La forma de finalizar esta relación por parte del groomer, se
trata de una serie de estrategias para evitar, como mencionado previamente, la
mayor cantidad de daños colaterales posibles. Por lo tanto, el objetivo primordial va
a ser volver a ese segundo paso donde había una relación diádica, de confianza,
lejos de todo contenido sexual. Desde ya, hay casos donde carece el abusador de
esta posibilidad, por lo que debe optar por el denominado hit and run: se genera el
contacto, se obtiene lo que se busca, y se desvanece.
¿Por qué lo hace?
Detrás del tratar de comprender los motivos por los cuales distintas personas
llevan adelante actos implicados en la ilegalidad, Kloess (2014) busca cuáles son
estos para el groomer. Este autor desarrolla 3 motivos específicos por los cuales un
adulto puede llegar a implicarse en el grooming como abusador.
El primero de ellos es una forma desadaptativa de respuesta por falta de
poder enfrentar sus propias necesidades tanto emocionales como sexuales. No es
solamente esa saciedad física, sino también desde el aspecto emotivo. A falta de
poder desarrollarse en un plan de vida con una persona que pueda compartir
diversas cualidades, este adulto optaría entonces por un menor de edad. El segundo
motivo, es una desviación sexual orientada hacia los menores de edad. A pesar de
la divulgación de este tópico, sigue siendo uno de los mayores problemas en cuanto
a la trata de personas, y continúa inconcluso al día de la fecha, sin haber podido ser
erradicada. El último, se trata de una coherencia emocional relacionada con una
identificación hacia las necesidades de los niños, más que con las necesidades de un adulto.
En este caso, se retoma de alguna forma el primero de los motivos. No hay una identificación con el plan “esperable” de una persona adulta, sino que más bien se mantienen esas necesidades infantiles. De esta forma, se predispone la inclinación hacia el tipo de actividades como las desarrolladas en este trabajo.
Perspectiva de la víctima
Consecuencias del abuso
mundo de puro anonimato, desconocimiento, de un mundo virtual. Ahora bien, la
Real Academia Española (2020) entiende lo virtual como algo “que solamente existe
de forma aparente y no es real”. Y vaya paradoja entonces: donde se habla de algo
que sólo existe de forma aparente, que no es real, se da lugar a consecuencias
absolutamente palpables en la vida cotidiana.
Ya previamente se hablaba del caso de una allegada de Julie en la
producción literaria de Queau, quien se había sentido violada a pesar de haber sido
una relación en términos “virtuales”. Es entonces momento de repensar a esta
virtualidad como algo aparente o que no es real, teniéndolo en cuenta como un
fenómeno que es más que real y causante de tantas consecuencias tanto a nivel
físico como mental. Un espacio en el cual se da lugar a experiencias a sensibles en
seres de autoconocimiento y construcción de una identidad propia.
La perspectiva de trabajo en cuanto al grooming, no tiene que ser una
reactiva, sino más bien preventiva. En un mundo donde el flujo de información viaja
a velocidades inesperadas en otros momentos. No hay reacción que valga en
situaciones de abuso como las trabajadas en este escrito. A un click de distancia, se
encuentra la difusión inmediata da un contenido íntimo.
Gandolfi (2020), analizando el fenómeno del grooming, describe los síntomas
más frecuentes que se pueden percibir en las víctimas. Conductas depresivas serían
las más visibles, siendo algo absolutamente normal. Acompañado esto mismo de
desconfianza, ya que esa intimidad que se estaba buscando, ahora está más lejos
que nunca de ser íntima. Esto viene acompañado lógicamente de una baja
autoestima. No solamente se puede haber roto una relación de extrema exclusividad
y confianza, sino que también se habría dado por sabido un engaño absoluto que
puede haber llevado un largo tiempo. También describe que se pueden observar
cambios de humor repentinos y bruscos, dado que, si bien puede recuperarse
anímicamente por momentos, los recuerdos de lo acontecido siempre pueden
romper con esa calma o tranquilidad. Destaca también el bajo rendimiento
académico, el cual lo relaciona mucho con el aislamiento.
No se trataría de una baja en el rendimiento cognitivo del adolescente, sino que es más bien una baja en la capacidad atencional. Los niveles de concentración pueden verse altamente afectados. Pero no es solamente por este motivo, sino que, justamente yendo de la mano del aislamiento, se encuentra el miedo a que ese contenido propio e íntimo pueda ser visto por sus compañeros tanto del espacio áulico como de la institución educativa. Hay casos en los que no se trata de un groomer propiamente dicho, sino de un miembro de esa institución que actúa como un groomer y difunde el contenido privado de su víctima. Por último, menciona alteraciones del sueño y de la alimentación, los cuales también los relaciona con una cuestión interpersonal. Mientras que el sueño es más bien una falta de calma y acción del sistema nervioso parasimpático, la alimentación, o bien la comensalidad, históricamente se ha tratado de un acto de interacción con un círculo de extrema confianza. Como se comentó en este último párrafo, la desconfianza, el aislamiento y demás, pueden ser causantes de una alteración en la ingesta. Por último, pero no menos importante, se encuentran los intentos de suicidio. En este caso, suele verse un borramiento parental extremo, una falta de contención total para la víctima, dando lugar al autoflagelo, e incluso, a la quita de la vida propia.
Recomendaciones para el usuario: prevención
Kloess (2017), explica que en un estudio realizado, 23 adolescentes víctimas
de grooming online, se mantenían en contacto por una cuestión de curiosidad sexual
y exploración de su cuerpo. Según Greene-Colozzi (2020), adolescentes que fueron
víctimas de acoso online, creían fervientemente que el hecho de que los hayan
elegido a ellos, fue por una cuestión de su madurez, de sus atributos sexuales, e
inclusive por su personalidad. Y cómo un último dato relevante de un estudio de
Villacampa y Gomez (2017) en Cataluña, un 50% de jóvenes víctimas de acoso no
reportaron el grooming porque no lo consideraron como algo serio.
Es por esto que se suelen tener en cuenta recomendaciones para todo menor
de edad que haga uso de las redes sociales. En principio, siempre se suele hacer la
acotación más básica, pero de alta relevancia, que es el rechazo de todo tipo de
mensajes tanto sexual como pornográficos. A pesar de querer autoconocerse y
autopercibirse en tanto ser sexual, que como dice Dans (2015) es una de las
características de este período etario, las redes sociales no son el lugar para llevarlo
adelante, especialmente en esta era de información altamente divulgable.
Se busca promover el uso de perfiles privados y no públicos, permaneciendo
con información sensible de la forma más conservada posible. Se suele recomendar
que se tenga en cuenta que aquel contenido que se está compartiendo, sea
contenido que cada quien está dispuesto a que lo vea todo el mundo, y no
solamente aquellas personas que tienen acceso a ese perfil, ya que toda cuenta
puede ser manipulada y de ahí extraer contenido sensible. Por esto mismo, la
recomendación de que el contenido compartido no tenga un componente sexual.
Ya orientando la propuesta hacia el contacto con el groomer, en caso de que
se haya llevado adelante o se sospeche del mismo, es importante guardar todas las
pruebas que sean posibles: conversaciones, mensajes, capturas de pantalla, etc. De
esta forma, podrá tomarse acción. En caso de que ya se haya concretado el abuso,
es importante no ceder ante el chantaje, ya que es darle al abusador eso que está
buscando, imposibilitando el diálogo con aquellos quienes pueden serte de ayuda.
Compartirlo con padres, policía o guardia civil sería la forma más sensata de actuar.
Perspectiva de la pareja parental
falta a la pequeña niña por haber ido caminando sola por el bosque, por hablar con
un desconocido. En realidad, lo único que tendría que haber ocurrido era la
prevención por parte de los padres, dando lugar al borramiento de los mismos y
culpabilizando a la pobre niña que fue enviada con un propósito. Es de público
conocimiento que el cuento concluye con el padre de caperucita hachando la panza
del lobo y salvando a su hija, es decir, reaccionando a la acción del impostor.
Con el grooming ocurre algo similar. Se puede hablar de discursos sociales
que dan lugar a ese borramiento parental. Hoy en día, frente a la solicitud de un
padre para que su hijo le instale una aplicación en el celular, puede responder con la
creencia de “los niños no necesitan nuestra ayuda porque la tienen clara con la
tecnologìa”. Ya llegando a los últimos párrafos de este trabajo, se ha repetido que la
función parental en casos de grooming, no es reactiva sino preventiva.
En los últimos 30 años, se dio mucho lugar al desarrollo de softwares de
prevención para grandes empresas que manejan inmensas cantidades de
información, que lógicamente es íntima y privada de cada institución. Ahora bien,
¿cuál es el software de control para que nuestros hijos no sean víctimas de una
situación de grooming? Y la respuesta no es otra sino el diálogo.
Cuando se trata de internet, no hay actividad reactiva que sea suficiente para darle fin a un contenido que ya está en las redes. El apelar a la incomodidad individual, el acercarse a esa aplicación extraña, el entender cómo se usa, para qué funciona, es de suma utilidad para poder fomentar este diálogo educativo y preventivo.
Conclusión
Se comenzó el trabajo proponiendo una discusión acerca del concepto del
grooming, el cual fue desarrollado luego. Asimismo, se articuló la perspectiva de
cada uno de los autores implicados en este accionar. Se puede concluir, en torno a
lo previamente discutido, que la única certeza es que un adolescente del rango
etario de entre 11 y 17 años, no se encuentra preparado para poder lidiar contra
situaciones de esta índole. Si bien la gravedad puede variar, la resignificación más
tardía de un abuso virtual, puede ser altamente relevante a la hora de socializar e
interactuar con pares. Por lo tanto, se rectifica el postulado de la importancia de la
acción preventiva más que la reactiva que se suele percibir, la cual no es ni más ni
menos que falta de información a nivel social sobre la temática discutida. Es aquí
donde entra el trabajo de la educación a nivel masivo sobre este fenómeno, ya que
el arma más fuerte para la prevención es el conocimiento.
Desde el presente trabajo se invita a nuevas producciones sobre estrategias
metodológicamente estudiadas que provean herramientas de afrontamiento a
adolescentes en estas situaciones, especialmente desde el espacio de la
psicoterapia. En cuanto a limitaciones palpables, se comprende que los artículos
utilizados no han sido en cuanto a una población nacional, por lo que sería óptima la
expansión de los mismos a un espacio sociocultural más cercano.
A modo de conclusión, se puede usar un paralelismo con el viejo “mirá para
ambos lados antes de cruzar la calle y no hables con desconocidos” que se utilizaba
en las familias cuando se le daba una llave de la casa a un hijo para su
independencia. Quizás era para ir al colegio, quizás era para ir al club. Pero se
proponían una serie de cuidados frente a la exposición a un mundo pequeño, a un
mundo limitado por el viaje que se iba a hacer en el día a día. Entonces, así como se
proponía una serie de cuidados frente a la exposición a un mundo pequeño, ¿no
debería también darse una serie de cuidados e indicaciones basadas en el diálogo
continuo cuando se propone una llave, o mejor dicho un celular, al mundo de lo
inmenso y lo desconocido?